Extractado del artículo del Profesor Patrick Levelt.
Conocida como "Tameshiwari" en japonés, la prueba de rompimientos requiere un alto nivel técnico y una sólida preparación física. Cualquiera puede intentar hacer el bruto y partir algo, preparar un truquito para los amigos o dedicarse a romper lo que más a mano se tenga (aunque se corre el riesgo de destrozarse la mano o cualquier otra parte de nuestra amada anatomía en el intento). Los detractores de esta práctica argumentan que no tiene sentido atacar a un trozo de madera. ¿Qué nos ha hecho el pobre? Otros dicen que este entrenamiento es inútil pues un enemigo no se está quieto en el combate, etc., etc. Pero lo cierto es que casi todas las tradiciones marciales mantienen este tipo de prácticas como parte de la formación del alumno; cabría pues el cuestionarse que tanto esfuerzo en el entrenamiento debe tener algún valor más allá de lo formal. Los antiguos eran antiguos, ¡pero no tontas!
Efectivamente, un trozo de madera no tiene piernas, pero enfrentarse a él a puño desnudo impone lo suyo. Tal vez los maestros de la tradición intuyeron en estos ejercicios una forma de superación personal, una prueba para la psicología y el espíritu del aprendiz, un modo de hacerle ver que es capaz de ir más allá de los límites que él mismo podría considerar insalvables. Desde esta lectura me cuesta imaginar un modo más efectivo para alcanzar el objetivo antes citado.
TEXTO COMPLETO http://www.kyudokan.us/pages/07a-temas/tameshiwari.asp
Enseñar Krav Maga para la autodefensa de las mujeres
Hace 8 meses
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