Por Harry Cook
Una característica del entrenamiento en un dojo de karate en Japón que no se encuentra comúnmente en occidente es la práctica de recitar el kun o código ético al final de la sesión de entrenamiento. G.W. Nicol, en su libro Moving Zen: Karate as a Way to Gentleness, hace referencia a esta práctica y su lugar en el karate-do japonés:
« El Juramento siempre se recitaba con fuerza, nunca farfullado con falta de sinceridad. Igual que los movimientos llegarían a ser automáticos y los reflejos condicionados, las simples verdades del juramento también penetrarían en la mente del practicante. »
La forma del dojo kun puede variar de estilo a estilo o de dojo a dojo, pero en general los sentimientos e ideas básicas contenidas concuerdan en la mayoría de los sentidos. Mi propia experiencia se centra en el kun utilizado en los dojos de Tokyo de Higaonna Sensei (Goju-Ryu) y Kanazawa Sensei (Shotokan), donde los cinco preceptos eran idénticos pero no presentados en el mismo orden; este es también el dojo kun utilizado por la Asociación Japonesa de Karate.
En la práctica normal sería recitado después de un corto periodo de meditación (Mokuso) al final de una clase. El procedimiento común es que el estudiante más avanzado de la clase diga una línea que será entonces repetida por toda la clase hasta que la secuencia esté completada.
DOJO KUN
1. Jinkaku kansei ni tsutomeru koto.
Trabaja para perfeccionar tu carácter.
2. Makoto no michi o mamoru koto.
Ten fidelidad al buscar un camino verdadero.
3. Doryoku no seishin o yashinau koto.
Cultiva un espíritu de esfuerzo y perseverancia.
4. Reigi o omonjiru koto.
Actúa siempre con buenos modales.
5. Kekki no yu o imashimeru koto.
Abstente de un comportamiento violento e incontrolado.
En estos cinco preceptos, tenemos la esencia de una enseñanza que hace posible que el karate sea visto como algo más que simplemente un método de caos aleatorio o un moderno deporte competitivo. Esta es la moralidad que se necesita para equilibrar lo físico del entrenamiento. Es la base de lo que en Budismo se llama "acción correcta" (Samma-kammanta); ignorar las creencias e ideas contenidas en el dojo kun tendrá a la larga un efecto negativo tanto sobre el artista marcial como individuo como sobre la evolución del karate global. Vale la pena observar los preceptos individualmente:
1.) Trabaja para perfeccionar tu carácter.
Es instructivo advertir que a este ideal se le da prioridad - no fuerza, velocidad, habilidad técnica o destreza en la lucha, sino perfección del carácter del estudiante. Esto es lo el Maestro Gichin Funakoshi enfatiza continuamente en sus escritos; cuenta una historia en la que actuó como mediador entre dos pueblos enfrentados. Manteniendo la calma y actuando de manera controlada y racional Funakoshi propuso un acuerdo aceptable para ambos bandos y así la violencia fue evitada. Él consideraba esto como una prueba de que el entrenamiento de karate había mejorado su carácter y de esa forma hecho posible que encontrase una solución pacífica.
2.) Ten fidelidad al buscar un camino verdadero.
El énfasis aquí está en que el "camino" debería ser "verdadero", es decir, no debería ser un método de auto-indulgencia o debilidad. Hay muchos individuos enseñando artes marciales que afirman tener altos grados, habilidades, etc. sin ninguna justificación, por razones comerciales o para estimular sus egos. Aquí en el noreste del país (Inglaterra) tenemos un chico de dieciséis años que afirma ser tercer dan en Shotokan y tener un título de campeón mundial.
Cuando hablé con este pobre niño auto-engañado, me pareció obvio que casi había empezado a creer sus propias mentiras; era más fácil crear una fantasía que entrenar duro y algún día hacer realidad sus sueños si tiene el talento y la determinación. Este no es un problema encontrado únicamente en adolescentes auto-engañados; hay muchos individuos que yo conozco entrenando en karate que todavía se sienten muy amargos por haber estado asociados con un maestro de karate okinawense con grados auto-otorgados / monje Zen que alimentaban sus fantasías no hace tantos años. Este mismo individuo ahora vende sus mitos bajo el título de Yoga Chino; la verdadera tragedia es que tenía un alto grado de talento natural que podría haber sido desarrollado honestamente; podría haber alcanzado su sueño. En última instancia, aquellos que no tienen fidelidad al buscar un camino verdadero se convierten en las víctimas de sus fantasías.
3.) Cultiva un espíritu de esfuerzo y perseverancia.
Tradicionalmente un arte marcial o camino nunca se enseñaba o practicaba simplemente como una forma de entretenimiento o como una distracción de otros aspectos más serios de la vida, y por tanto se necesitaba paciencia si el estudiante iba a aprender finalmente todos los aspectos del arte correctamente. La aparentemente infinita repetición de técnicas, no es una barrera al aprendizaje, como algunos pensadores modernos parecen creer, pero también es cierto que semejante entrenamiento puede no ser demasiado divertido. La falta de perseverancia simplemente significa que todo progreso llegará a un punto muerto. Como el maestro de la espada Bonzo le dijo a su discípulo Yagyu Matajuro, "un hombre con tanta prisa, como la que tú tienes, por obtener resultados casi nunca aprende rápido".
4.) Actúa siempre con buenos modales.
De algún modo esto repite y enfatiza el primer precepto. Actuando con buenos modales no empeoraremos una mala situación y puede que de hecho evitemos violencia innecesaria. Sin embargo, esto no debe ser interpretado como debilidad. Gichin Funakoshi hace referencia a un incidente en el que él involuntariamente golpeó con la pierna a un convicto que se había escapado y que acabó en un pozo de la comunidad. Ayudando a la policía local a arrestar al hombre, nos cuenta,
« Sentí una profunda sensación de pena por él, hasta que los agentes me dijeron que era un recluso que se había escapado y con un amplio historial policial, y que había sido condenado por robo, atraco y violación. Entonces mi sentimiento de pena desapareció. »
Evidentemente, actuar con buenos modales debería ser un proceso recíproco, y aquí vemos la influencia de las enseñanzas de Confucio sobre el desarrollo de las artes marciales. Él escribió:
« Pagas una herida con franqueza, pero un favor con otro favor. »
5.) Abstente de un comportamiento violento e incontrolado.
Esto parece ser la paradoja suprema del karate, pero aquí tenemos la esencia de la moralidad de las artes marciales. La fuerza puede ser usada si el fin es moralmente correcto, como auto-defensa o protección del inocente. De esta forma las acciones de los monjes Shaolin al desarrollar métodos de lucha para proteger su templo o luchar con bandidos era un acto moralmente aceptable. Bajo este punto de vista, protegerte a tí mismo de un bandido que ha iniciado la violencia no es un acto censurable. Mas Oyama el gran maestro de Karate Kyokushinkai nos cuenta sobre un incidente de su vida en el que se vio forzado a matar para protegerse:
« Pero una herida que yo causé casi me condujo a abandonar el karate para siempre. Una vez fui atacado por un gangster que llevaba un cuchillo y le golpeé con un ryutoken (puño de cabeza de dragón) sobre el labio superior. Murió, dejando tras de sí a su mujer y un hijo. No fui culpable de nada criminal ya que sólo me había defendido, pero estaba profundamente apenado de que el karate, el cual nunca había querido utilizar para dañar a nadie, había conducido a la muerte. Tenía pesadillas de remordimiento sobre el destino de la familia del hombre muerto. Finalmente, anunciando que el karate se había terminado para mí, me fui a una granja en el Distrito de Kanto donde trabajé con cinco veces más fuerza y entusiasmo que un jornalero normal para ganar dinero para ayudar a la mujer y al hijo del hombre muerto. »
El dojo kun señala el camino hacia el máximo objetivo del entrenamiento, que es el dominio de uno mismo. En última instancia, la técnica como tal carece de importancia, ya que es el espíritu del individuo el que está siendo desarrollado y disciplinado. Siguiendo con seriedad las técnicas inherentes en estos preceptos simples en apariencia, el aprendiz puede empezar a progresar en el Camino de las artes marciales.
Harry Cook
Fuente: "The Dojo Kun by Harry Cook"
Traducción al castellano: Víctor López Bondía [Con la autorización de Harry Cook]
Una característica del entrenamiento en un dojo de karate en Japón que no se encuentra comúnmente en occidente es la práctica de recitar el kun o código ético al final de la sesión de entrenamiento. G.W. Nicol, en su libro Moving Zen: Karate as a Way to Gentleness, hace referencia a esta práctica y su lugar en el karate-do japonés:
« El Juramento siempre se recitaba con fuerza, nunca farfullado con falta de sinceridad. Igual que los movimientos llegarían a ser automáticos y los reflejos condicionados, las simples verdades del juramento también penetrarían en la mente del practicante. »
La forma del dojo kun puede variar de estilo a estilo o de dojo a dojo, pero en general los sentimientos e ideas básicas contenidas concuerdan en la mayoría de los sentidos. Mi propia experiencia se centra en el kun utilizado en los dojos de Tokyo de Higaonna Sensei (Goju-Ryu) y Kanazawa Sensei (Shotokan), donde los cinco preceptos eran idénticos pero no presentados en el mismo orden; este es también el dojo kun utilizado por la Asociación Japonesa de Karate.
En la práctica normal sería recitado después de un corto periodo de meditación (Mokuso) al final de una clase. El procedimiento común es que el estudiante más avanzado de la clase diga una línea que será entonces repetida por toda la clase hasta que la secuencia esté completada.
DOJO KUN
1. Jinkaku kansei ni tsutomeru koto.
Trabaja para perfeccionar tu carácter.
2. Makoto no michi o mamoru koto.
Ten fidelidad al buscar un camino verdadero.
3. Doryoku no seishin o yashinau koto.
Cultiva un espíritu de esfuerzo y perseverancia.
4. Reigi o omonjiru koto.
Actúa siempre con buenos modales.
5. Kekki no yu o imashimeru koto.
Abstente de un comportamiento violento e incontrolado.
En estos cinco preceptos, tenemos la esencia de una enseñanza que hace posible que el karate sea visto como algo más que simplemente un método de caos aleatorio o un moderno deporte competitivo. Esta es la moralidad que se necesita para equilibrar lo físico del entrenamiento. Es la base de lo que en Budismo se llama "acción correcta" (Samma-kammanta); ignorar las creencias e ideas contenidas en el dojo kun tendrá a la larga un efecto negativo tanto sobre el artista marcial como individuo como sobre la evolución del karate global. Vale la pena observar los preceptos individualmente:
1.) Trabaja para perfeccionar tu carácter.
Es instructivo advertir que a este ideal se le da prioridad - no fuerza, velocidad, habilidad técnica o destreza en la lucha, sino perfección del carácter del estudiante. Esto es lo el Maestro Gichin Funakoshi enfatiza continuamente en sus escritos; cuenta una historia en la que actuó como mediador entre dos pueblos enfrentados. Manteniendo la calma y actuando de manera controlada y racional Funakoshi propuso un acuerdo aceptable para ambos bandos y así la violencia fue evitada. Él consideraba esto como una prueba de que el entrenamiento de karate había mejorado su carácter y de esa forma hecho posible que encontrase una solución pacífica.
2.) Ten fidelidad al buscar un camino verdadero.
El énfasis aquí está en que el "camino" debería ser "verdadero", es decir, no debería ser un método de auto-indulgencia o debilidad. Hay muchos individuos enseñando artes marciales que afirman tener altos grados, habilidades, etc. sin ninguna justificación, por razones comerciales o para estimular sus egos. Aquí en el noreste del país (Inglaterra) tenemos un chico de dieciséis años que afirma ser tercer dan en Shotokan y tener un título de campeón mundial.
Cuando hablé con este pobre niño auto-engañado, me pareció obvio que casi había empezado a creer sus propias mentiras; era más fácil crear una fantasía que entrenar duro y algún día hacer realidad sus sueños si tiene el talento y la determinación. Este no es un problema encontrado únicamente en adolescentes auto-engañados; hay muchos individuos que yo conozco entrenando en karate que todavía se sienten muy amargos por haber estado asociados con un maestro de karate okinawense con grados auto-otorgados / monje Zen que alimentaban sus fantasías no hace tantos años. Este mismo individuo ahora vende sus mitos bajo el título de Yoga Chino; la verdadera tragedia es que tenía un alto grado de talento natural que podría haber sido desarrollado honestamente; podría haber alcanzado su sueño. En última instancia, aquellos que no tienen fidelidad al buscar un camino verdadero se convierten en las víctimas de sus fantasías.
3.) Cultiva un espíritu de esfuerzo y perseverancia.
Tradicionalmente un arte marcial o camino nunca se enseñaba o practicaba simplemente como una forma de entretenimiento o como una distracción de otros aspectos más serios de la vida, y por tanto se necesitaba paciencia si el estudiante iba a aprender finalmente todos los aspectos del arte correctamente. La aparentemente infinita repetición de técnicas, no es una barrera al aprendizaje, como algunos pensadores modernos parecen creer, pero también es cierto que semejante entrenamiento puede no ser demasiado divertido. La falta de perseverancia simplemente significa que todo progreso llegará a un punto muerto. Como el maestro de la espada Bonzo le dijo a su discípulo Yagyu Matajuro, "un hombre con tanta prisa, como la que tú tienes, por obtener resultados casi nunca aprende rápido".
4.) Actúa siempre con buenos modales.
De algún modo esto repite y enfatiza el primer precepto. Actuando con buenos modales no empeoraremos una mala situación y puede que de hecho evitemos violencia innecesaria. Sin embargo, esto no debe ser interpretado como debilidad. Gichin Funakoshi hace referencia a un incidente en el que él involuntariamente golpeó con la pierna a un convicto que se había escapado y que acabó en un pozo de la comunidad. Ayudando a la policía local a arrestar al hombre, nos cuenta,
« Sentí una profunda sensación de pena por él, hasta que los agentes me dijeron que era un recluso que se había escapado y con un amplio historial policial, y que había sido condenado por robo, atraco y violación. Entonces mi sentimiento de pena desapareció. »
Evidentemente, actuar con buenos modales debería ser un proceso recíproco, y aquí vemos la influencia de las enseñanzas de Confucio sobre el desarrollo de las artes marciales. Él escribió:
« Pagas una herida con franqueza, pero un favor con otro favor. »
5.) Abstente de un comportamiento violento e incontrolado.
Esto parece ser la paradoja suprema del karate, pero aquí tenemos la esencia de la moralidad de las artes marciales. La fuerza puede ser usada si el fin es moralmente correcto, como auto-defensa o protección del inocente. De esta forma las acciones de los monjes Shaolin al desarrollar métodos de lucha para proteger su templo o luchar con bandidos era un acto moralmente aceptable. Bajo este punto de vista, protegerte a tí mismo de un bandido que ha iniciado la violencia no es un acto censurable. Mas Oyama el gran maestro de Karate Kyokushinkai nos cuenta sobre un incidente de su vida en el que se vio forzado a matar para protegerse:
« Pero una herida que yo causé casi me condujo a abandonar el karate para siempre. Una vez fui atacado por un gangster que llevaba un cuchillo y le golpeé con un ryutoken (puño de cabeza de dragón) sobre el labio superior. Murió, dejando tras de sí a su mujer y un hijo. No fui culpable de nada criminal ya que sólo me había defendido, pero estaba profundamente apenado de que el karate, el cual nunca había querido utilizar para dañar a nadie, había conducido a la muerte. Tenía pesadillas de remordimiento sobre el destino de la familia del hombre muerto. Finalmente, anunciando que el karate se había terminado para mí, me fui a una granja en el Distrito de Kanto donde trabajé con cinco veces más fuerza y entusiasmo que un jornalero normal para ganar dinero para ayudar a la mujer y al hijo del hombre muerto. »
El dojo kun señala el camino hacia el máximo objetivo del entrenamiento, que es el dominio de uno mismo. En última instancia, la técnica como tal carece de importancia, ya que es el espíritu del individuo el que está siendo desarrollado y disciplinado. Siguiendo con seriedad las técnicas inherentes en estos preceptos simples en apariencia, el aprendiz puede empezar a progresar en el Camino de las artes marciales.
Harry Cook
Fuente: "The Dojo Kun by Harry Cook"
Traducción al castellano: Víctor López Bondía [Con la autorización de Harry Cook]
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